En cada estación lo mejor es efectuar unos cambios de dieta sencillos y prácticos. Por eso lo mejor en primavera, es ponerse las pilas para llegar al verano lleno de energía.
La primavera es cambio de regeneración y limpieza. Si no lo hemos hecho, los platos fuertes del invierno pasado deben ir dando paso a una cocina más suave, usando formas de cocinar más ligeras como lo son el vapor, los salteados, escaldados y hacer, si no lo hemos hecho ya, una reducción del consumo de sal y grasa.
Es momento de desintoxicar nuestro hígado, el cual está saturado de una vida llena de estrés y unos malos hábitos de alimentación.
Debemos pasar a unas comidas que incluyan más verdura de hoja verde, fruta llena de antioxidantes y vitaminas.
Puedes iniciar las comidas con un caldo caliente de huesos, incluso echarle un poco de jengibre que ayuda a bajar la inflación del intestino.
Es momento de comer espárragos, rúcula, alcachofas, berros y bajar el consumo de especies como comino y pimienta.
Integra tu dieta con cereales integrales y legumbres. Las lentejas, alubias, habas y garbanzos son una base importante de proteínas vegetales que aportan minerales, como el calcio o el magnesio, repletas de vitamina B que ayuda a bajar la fatiga y refuerzan el sistema inmunitario.
No olvides tener una buena hidratación. Lo ideal es beber algo más de dos litros de agua al día, puedes tomar infusiones depurativas, batidos, smothies y por supuesto no abusar del café ni de bebidas edulcoradas y excitantes.
Y por último trata de dormir como mínimo 6 horas al día. Te ayudará a evitar el cortisol, la hormona precursora del estrés y la ansiedad.
Os dejamos un link a uno de nuestros post donde os hablamos de tisanas para dormir mejor:
«Consejos para dormir mejor y 4 infusiones»