Las ensaladas ya están de vuelta, aunque hay gente como yo, que las comemos durante todo el año.
Con el calor van cambiando nuestras preferencias culinarias y vamos cogiendo un camino a platos más frescos que nos ayuden a afrontar las altas temperaturas del verano.
Regresan las ensaladas, perfectas como entrante, para compartir o en ocasiones como plato principal.
Las ensaladas son sanas, sabrosas, equilibradas en su justa medida, y cuando el calor aprieta, refrescantes y ligeras.
De las clásicas a las que con un poco de inventiva pueden llevarte a tocar el cielo con las manos, este fin de semana os dejamos unas recetas para irse chupando los dedos.
¿QUÉ CONDIMENTOS SE LE PONE A LA ENSALADA?
La elección de los condimentos en la ensalada puede marcar la diferencia. Algunos son de ensalada típica, mezcla de aceite, vinagre y sal. Pero podemos ir más allá con algunas especias que todos tenemos en nuestra casa y pueden cambiar una simple ensalada de lechuga, eso sí, usadas con moderación para potenciar sabores.
Pimienta Negra:
Muy usada en los platos españoles es raro no encontrarla en nuestra despensa. Pimienta negra, blanca, verde o roja.
Maravillosa por sus propiedades antioxidantes, ayuda a combatir la retención de líquidos, contribuye a bajar el colesterol “malo”, favorece la absorción del calcio en el intestino y gracias a los flavonoides y alcaloides, tiene efecto antiinflamatorio.
Jengibre:
Se ha puesto muy de moda tenerlo en raíz o molido en nuestras cocinas.
De sabor fuerte y ligeramente picante, posee cualidades refrescantes, siendo capaz de activar los procesos digestivos.
Muchos son los beneficios de esta raíz asiática, pero vamos a destacar algunos: combate infecciones, ayuda a la pérdida de peso, posee propiedades antiinflamatorias, combate los síntomas de la osteoartritis y un largo etcétera. Usa el jengibre con moderación sin cancelar otros sabores.
Pero si nos vamos más allá de las especias, nos encontramos con las vinagretas. Os dejamos algunas que os van a sorprender:
Me gustaría empezar con el aguacate. Esa fruta maravillosa que nos mejora la digestión, y nos nutre gracias a su alto contenido en vitaminas C y E. En unas semanas hablaremos solo sobre él.
Salsa de aguacate:
Saca la pulpa del aguacate maduro y ponla en un vaso donde puedas triturarla junto a un trozo de cebolla, 1 diente de ajo, zumo de medio limón y 2 cucharaditas de aceite de oliva virgen. Puedes echarle unas hojitas de cilantro, aunque mucha gente no lo soporta (aporta un sabor a cítrico penetrante con notas de jengibre)
Esta salsa la puedes usarla en ensaladas de pastas que luego veremos o de patata.
Vinagreta de mostaza y miel:
En el vaso de la batidora ponemos 1 cucharada de mostaza de Dijon, 1 de miel, 3 cucharadas de zumo de limón y 6 de aceite de oliva virgen extra. Cuando hayas batido todo, y a la hora de sirvir puedes rayar la piel del limón que le va a dar esos aromas cítricos. Perfecta para cualquier ensalada.
Salsa de yogurt y menta:
Súper refrescante en España fue introducida por los árabes pero se usa en países como Grecia.
En el vaso de la batidora pon un yogur griego, 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra, 1 diente de ajo, hojas de hierbabuena o menta, 1 cucharada de zumo de limón, una pizca de pimienta y sal. Bate.
Perfecta con ensaladas que lleven pimiento, garbanzos o para acompañar falafel.
Este fin de semana te dejamos una ensalada que gusta a pequeños y grandes. Ensalada Marinera a nuestra manera (pincha en la foto y disfruta)
Autor: Cristina Serna