Durante el verano no hay que olvidarse de un desayuno equilibrado.
Durante el verano tendemos a descuidar la dieta y nos vale casi cualquier cosa.
Según el estudio de ANIBES un 87% de la población desayuna solo algún producto lácteo y solo un 21% de la población consumió frutas en el desayuno.
Ese 87% lo acompaña de bollería, tostadas o cereales. Una costumbre poco saludable y que podemos cambiar para darnos un chute por las mañanas de vitalidad.
Según FEN, Fundación Español de la Nutrición, un desayuno saludable es aquel que es variado, completo, equilibrado, social, satisfactorio y con sostenibilidad (esto nos encanta).
Según el Profesor Varela Moreiras “no podemos decir que exista un desayuno ideal, sino que hay multitud de combinaciones que tienen que adecuarse a las necesidades y circunstancias de cada persona y su entorno”. En su opinión “es recomendable que se varíen tanto los alimentos como la presentación, igual que hacemos con la comida o con la cena. De esta forma, romperemos con la monotonía y disfrutaremos más de nuestros desayunos”.
Es decir, el desayuno puede ser una buena ocasión para incluir grupos de alimentos que no deben faltar en nuestra dieta y para completar el número de raciones de diferentes grupos que no vamos a cubrir durante el resto del día.
Os dejamos un ejemplo de cómo crear vuestro propio desayuno:
Esta semana os dejamos los 5 grupos para daros un chute de energía fabulosa y no perder el ritmo de vida saludable que llevamos durante el resto del año.
Carbohidratos saludables
Todos ya hemos oído lo de “carbohidratos de absorción lenta”, sobre todo aquellas personas que tienen problemas de diabetes. Estos carbohidratos son aquellos que no producen picos de azúcar en sangre y hagan que a media mañana las tripas nos suenen y salgas disparado a comer cualquier cosa.
Entre los carbohidratos saludables encontramos los cereales integrales (que no significa sin sabor), los lácteos como el yogurt, las ciruelas, los higos (son de temporada) o los frutos secos.
Huevos
Huevos sí. Nos van a aportar proteínas de alta calidad y aminoácidos esenciales. Los podéis tomar duros (son geniales tenerlos siempre a mano porque dejados en su cáscara duran más) o en tortilla francesa acompañada de algo de proteína o verduras como cebollino o tomate (el tomate es una fruta).
¿Habéis probado los huevos azules? Son huevos de la gallina auracana. Su yema es más dorada, su sabor es muy similar a los tradicionales y entre sus características nutritivas, aportan proteínas y glucosas, esto sin olvidar que no contienen colesterol.
Proteínas bajas en grasa
Por ejemplo, la pechuga de pavo. Su carne es aún más magra que la de pollo, es rica en los mismos micronutrientes pero además lo es en triptófano, aminoácido fundamental para sintetizar uno de los neurotransmisores más importantes para nuestra química cerebral, la serotonina.
También entre estas proteínas podemos poner un poco de humus para untar en una tostada de pan integral…
Frutos secos
Los podéis tomar en un puñadito o por ejemplo en el yogurt. Te van a aportar grasas saludables, carbohidratos y proteína vegetal, además de esa fibra diaria que necesitamos para el buen tránsito intestinal.
Zumos caseros y batidos de fruta
Llenos de vitaminas imprescindibles durante todo el año.
Prueba las frutas que más te gusten y/o con algún vegetal que le dará un toque especial.
Date un tiempo, 21 días, y olvidarás la cafeína.