El Trash Cooking o Cocina de Aprovechamiento es un método muy de moda que tiene como objetivo reducir los desperdicios y hacer con ellos nuevos platos que sean sanos y equilibrados. Además, poniéndola en práctica hará que podamos ahorrar en los tiempos que corren.
Vivimos en un mundo donde el desafío más importante es paliar el hambre. Por ello se ha puesto en práctica algunos resortes para ello. En España, el Consejo de Ministros, ha aprobado la Ley de Prevención de las Pérdidas y Desperdicio Alimentario, cuyo objetivo es reducir los desechos de comida que no consumimos. La ley consiste, en que los bares como los restaurantes están obligados a ponernos los restos de comida en un tupper si así lo solicitamos.
Nosotros los consumidores, jugamos un papel importantísimo. Así nace la tendencia “Trash Cooking” o “Cocina de Aprovechamiento”. Donde nosotros consumidores seremos los responsables de evitar el “desperdicio” y poner en marcha nuevas formas para optimizar aquellos alimentos que compramos, a través de nuevas recetas con las sobras o ingredientes que en ocasiones pensamos en tirar pero a los cuales les podemos dar uso.
Parece algo nuevo, pero en realidad no lo es. Estoy segura que podemos recordar a nuestros padres hablando de cómo cocinaba su madre con las sobras y que en casa “no se tiraba nada”. Seguro que nos suena eso de “economía de guerra”. Además volver a las raíces da “cierto aire de hogar”. En cambio para la gente más joven, el trash cooking representa una forma de rebelarse contra los modelos de consumo modernos al mismo tiempo que contribuyen a una causa mayor.
Con esta nueva tendencia vas a ahorrar y vas a contribuir al cuidado del medioambiente (recordemos que mucha comida se pierde en origen, transporte y en el destino final cuando el producto no es “apto” por color, forma para su venta, etc. Consideremos el agua que se ha utilizado para el regadío de un producto que nunca llegará a la mesa).
En este artículo os vamos a dejar unos consejos para sacar el máximo partido a vuestros alimentos:
Si tenemos que mirar hacia la cocina tradicional, nos va a venir a la mente, las croquetas (aprovechan todo lo que queda del cocido), las tortillas y los revueltos (con huevo se podría decir que todo es comestible), la pasta italiana (a la que como nuestra paella, le metemos de todo).
Pero, ¿Qué más podemos utilizar?
1.- Fruta madura: En Batidos o mermeladas.
2.- Espinas y cabeza de pescado: un caldo o fumet que utilizaremos en sopas o salsas. Recordar que se puede congelar en un tupper. Ojo al conservar los restos. A pesar de mantenerse en frío, las proteínas pueden ponerse rancias. Asimismo, es posible que proliferen bacterias en su interior. Por este motivo se recomienda su cocinado cuanto antes. Recuerda también que no deben guardarse a temperatura ambiente.
3.- Piel de frutas y vegetales: suelen acabar en la basura y lo que no sabemos es que muchas están llenas de micronutrientes y de aromas que potencian el sabor y mejoran la calidad organoléptica de los platos.
Estoy segura que si os hablo de corteza de naranja para un arroz con leche, ya lo hacéis, pero podéis por ejemplo utilizar ralladura de piel de limón para las ensaladas. ¿Qué nos puede aportar? Fortalecerá las defensas y el sistema inmunológico gracias a su vitamina C. Posee un gran poder antibacteriano y antiviral. Controla la presión arterial y además es fuente de fibra, potasio, magnesio, calcio y ácido fólico.
Os dejamos algunos ejemplos del Trash Cooking más contemporáneo y actual:
1.- Mondas de patatas: Limpiarlas bien para eliminar cualquier resto de tierra. Freír/hornear y servir. Las puedes poner con un toque ajo para hacerlas más rústicas y su nueva textura hará que entusiasme a todos los comensales.
2.- Restos de tallos: Un clásico. Restos de hojas y tallos para hacer sopas en el invierno. Aportarán micronutrientes a nuestros platos.
3.- Pan: Otro clásico. Rallado, tostado, troceado… Puedes hacer múltiples platos. Un ejemplo: Pan duro en lonchas sobre una fuente untada de mantequilla. Pon encima tomate rallado (ese maduro que vas a tirar), orégano y queso…y al horno 15 minutos… Ya tienes unas deliciosas «tostadas italianas». Puedes, meter más ingredientes, al gusto.
4.- Mondas de calabacín: Como las patatas, se pueden aprovechar salteándolas con ajo y aceite de oliva, las puedes rebozar y freir u hornear. También puedes comer sus mondas crudas en una simple vinagreta.
5.- Tallos de acelgas y espinacas: La parte blanca que se suele tirar. Se puede cocer en agua con sal, añadiendo unas gotas de limón para que no se ennegrezca durante la cocción y, una vez fríos, se aliñan con aceite de oliva, sal, y un poco de pimentón, y ya tienes un estupendo entrante.
Estos son algunos ejemplos de la Cocina de Aprovechamiento o Trash Cooking. En la sección de recetas os dejamos unas recetas para preparar unas empanadillas y una hamburguesa siguiendo esta tendencia.
Autor: Cristina Serna